28 agosto 2007

LA TRANQUILIDAD DEL PUEBLO

En ferias. Mi pueblo está en ferias. Empezó la fiesta el sábado por la noche, el sábado que hizo un día asqueroso, el aire lleno de una especie de polvo rojo que inundaba las calles, y un viento que lo arrastraba todo a su paso, voraz y latoso y furioso, como queriendo llevarse el verano de un zarpazo. Pero qué va! El verano es más tenaz de lo que parece, y aquí sigue, con más o menos tormentas, con más o menos nubes y con un bochornazo tremendo que quita el sentío!
Como iba diciendo, la feria empezó esa noche, y lo hizo lanzando al aire una ristra de cohetes artificiales que asustó a las palomas y a más de un despistado que no sabía dónde se andaba.

-Puuuuuuuuuuum!!!
Primer aviso. La lluvia, que amenazaba desde hacía rato, se contuvo sin aliento por un momento, desbaratando la tormenta que no llegó a descargar.

-PUMMMM!!
Segundo aviso. El viento, sin embargo, no se detenía, y hacía volar las servilletas del chiringuito donde aguardábamos la cena.
Y finalmente:
-Tracatacataaaaa- tracataaa-tracataaaaaaaaaaa- FIIIIIIIIIIIIIIIIIIUUUUUUUUUUUUUU!
BOUMM!

Tuvimos que mover las mesas y resguardarlas debajo del toldo, porque de vez en cuando caía un gotazo de agua encima de nosotros. Pero al final, la noche quedó en calma.
Cenamos y yo no vi la feria. La he visto tantas veces!!
Camino de ella íbamos mis amigos y yo, pero quiso la fatalidad que pasáramos por la esquina de mi casa, y yo pensé: es la 1 de la madrugada, la feria es igual que siempre, mañana vuelvo a Madrid, y si me voy me liaré, y trasnocharé, y me pondré malísima, y qué más da...
Me apetecía un montón meterme en la cama y disfrutar de mi cuarto del patio, tan silencioso, tan en paz, tan fresquito. Y me despedí de todos no sin antes desearles que disfrutaran del jolgorio todo lo que pudieran, y de los puestos de chucherías, y del tiro al plato, y del trenillo, y del baile en el centro del paseo, y del algodón de azúcar, y de los pinchos morunos y los chorizos (de todas clases), y de los cubatas, y de la tómbola, y de la noche en general.
No quise ir a la feria pero la feria me siguió, y se coló en mi patio, y en mi cuarto, y allí mismito pude oir el estruendo, el paquito el chocolatero, el pasodoble andalú, el chanchán y el chinchín, sin que se perdiera por el camino ni un mísero decibelio... Fue cosa del viento, juguetón él, que se brindó de mil amores a amenizarme la noche y me trajo todos los sonidos lejanos... Es lo que tiene vivir en un pueblo pequeño (bueno, no tan pequeño...).
Muy tempranito, de mañana, cuando ya la feria decaía y los borrachillos se retiraban a sus aposentos, una voz melódica y cantarina me despertó en plan bucólico cuando apenas había acertado yo a conciliar el sueño.
Ah, la tranquilidad del pueblo! Esa que persigo de vez en cuando para descansar del bullicio de la capital...
Esa voz, que llevo grabada muy dentro del alma, y que recorría las calles despejando la resaca de todos los vecinos, lo quisieran o no, era tal que así:

- MELONEEEEEEEEEEEEES! A LOS RICOS MELONES, NIÑA, MELONES BUENOS GORDOS Y BARATOOOOOOOOOOOOS
-AL RICO MELÓN!! MELONES Y SANDÍAS! SAL, NIÑA, Y LLEVATE UNOS MELONES!
MELONEEEEEEEEEEEEEEEES

Después, cuando ya la posibilidad de echar otra cabezadita desapareció como por ensalmo, me restregué los ojos, me desperecé como pude y salí al patio desierto, y al rato ya por fin silencioso. Porque todos, todos, estaban durmiendo como troncos después de una noche loca loquilla...

Y ahora estoy en Madrid. Sólo oigo el ronroneo del ventilador que refresca la habitación y las teclas del ordenador.
Y en tres días empiezo las vacaciones!!!!

El mar. Ay, el mar...

4 comentarios:

  1. Qué veranito tan bueno llevas, mariajo. Y todavía te quedan las vacaciones...en el mar...pero que suerte muxaxa!!!!
    Lo de los melones me ha hecho gracia...me ha recordado la voz que yo llevo grabada del verano de mi infancia: "Que son gordas y dorás las moscateles uvas güenas...niña, el de las uvas...llama a tu madre..."

    besitos y felices vacaciones

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  2. Jajajajaja, ay Mariajo... que eso es una, dos, tres, siete noches al año, pero el resto del verano es acostumbrarte a los grillos y a los cantos de los pájaros al amanecer.
    En una semana habrá fiestas en el mío, pero yo vivo a la afueras ;)
    Besos rústicos, (ayy el mar, la mar...)

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  3. Mariajo ...que bueno lo centas todo reina ...

    ¿ sabes que estuve en un tris de ir al pueblo?...pero mi padre se puso pachucho y lo hemos retrasado para la próxima..


    besazos

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  4. Que fuerte...así es. La edad ya hace que no nos pida el cuerpo mucha juerga, y si nos la pide el día después hace que nos sintamos tan mal que juramos que nunca más, jamás...
    A mi pueblo le llamo el lugar donde no se duerme: los corros en las esquiñas, las doñas barriendo la calle, los melones, malacatones, la cal de Jaén, el afilaor...y el maravillosos placer de los niños jugando en la calle a todas horas...Viva el pueblo y su tranquilidad sí...

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