26 mayo 2007

Hambre!


El pirata últimamente se las ve y se las desea para llegar a fin de mes. Demasiados gastos, demasiadas llamadas a su novia asturiana antes de que al fin llegara ella a Menorca. Total, que ahora que están los dos juntos están llevando a la práctica lo que de toda la vida se ha dado en llamar "contigo pan y cebolla". Tienen un techo bajo el que dormir, tienen una terraza que da directamente al mar con unas vistas maravillosas. Un paisaje idílico. Y son jóvenes y se quieren. Están en las nubes! Ya se puede imaginar... No duermen mucho, se hacen compañía, se van descubriendo, recorren la isla en la moto de cala en cala, esa isla preciosa.
Cuando ella estaba a punto de llegar, las provisiones de la nevera del pirata empezaban a escasear. Estaba la nevera bastante triste, vamos. Quiso la casualidad que esos días visitara el cuartel un batallón de soldados procedentes de Valencia, y cuando se fueron hubo excedente de provisiones. Sobró comida de la que se había preparado para la ocasión. Filetes empanados, jamón, barras de pan, etc. El pirata vio el cielo abierto. Hizo acopio de cuanto pudo, se lo llevó a su pisito de la playa, abrió el congelador y metió allí todas las provisiones, a la espera de que su amada llegase y poderla agasajar como se merecía.
Qué nervios! Llegó el día soñado y se fue a esperar a su amor al aeropuerto... Ella llegó, le vió, se asustó y echó a correr en dirección contraria. Casi no le conocía! Llegaba ella de las tierras del norte, nunca había estado en Menorca, y ahora se iba a vivir allí, y toda la magnitud del paso que estaba dando se le vino a la cabeza de golpe y no supo reaccionar de otra manera.
Aquí tenéis al pirata corriendo detrás de la chavala por todo el aeropuerto. Hasta que ella se calmó un poco, y por fin él la alcanzó, y se abrazaron, y se la llevó a casa.
Les llamé un poco más tarde para enterarme de cómo había ido la cosa. El pirata protestaba:
- Todavía no ha querido darme un beso, mamá!
Se la oía a ella protestar al fondo:
- Dí que es mentira, que sí que le he dado un beso...
- Sí, vaya beso que me has dao! - seguía él lamentándose...

En fin, así empezó todo y con el paso de los días han ido adaptándose, y han recorrido la isla, y ella me ha dicho ya que nunca en su vida había sido tan feliz como ahora... (espero que dure, que con estas cosas, ya se sabe)

Pero claro, el mes avanza, y las provisiones congeladas de la nevera empiezan a escasear.
Ayer noche le llamé al pirata. Y me dice:
- ¿Sabes de dónde venimos?
- ¿De dónde?- le pregunto.
- De una fiesta de fin de campaña del PP!
- Queeeeeeeeeeeeeeeé????- (Ni mi hijo ni yo somos simpatizantes, por decirlo de alguna manera)
- Mamá, es que daban comida y bebida gratis! Hemos estado allí cenando, nos hemos tomao una copilla y nos hemos ido. ¿Tú crees que mañana habrá más mitines por aquí?
- No hijo, no, que mañana es jornada de reflexión...

Menos mal que el mes está a punto de acabar, y llegará la paga extra, y eso...

4 comentarios:

  1. jajajaja ay ese pirata... El hambre siempre avispa el ingenio, dicen...
    En cuanto a lo de fin de mes, ¡ni me lo nombres!!
    Besos quejosos ;)

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  2. Que gracioso, si es que la comida no tiene signo político, ni el hambre...
    Ellos que sigan quemando mecha, igual da que prenda o que se apague, lo importante es que lo disfruten.
    Besos (suegra).

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  3. jajajaja...que voz mas bonita tiene tu pirata...le deseo que sea muy feliz con su chica...y que pronto le ingresen la nómina ;)Besos

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  4. Coño!, ya hemos descubierto para q sirve el PP!!! ;)
    Nada nena, como dice mi santa madre, sarna con gusto no pica.
    Un besazo!

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