20 marzo 2007

Viento


Esperando. Espero. Estoy esperando. El tiempo suspendido como una prenda tendida con dos pinzas de madera. Tiempo hueco que sólo es espera. Un impás. Y el viento.
Esta mañana el viento me levantó del suelo. Perdí pie. Un viento veloz y furioso me alzó en volandas y desparramó a lo largo de la calle todos mis papeles escritos. De repente vi que estaba por encima del edificio más alto del vecindario, las aceras, los coches, los peatones agarrados a los botones de sus abrigos. Todo fue quedando cada vez más lejos y más pequeño. Por un momento tuve miedo de verme volando como los pájaros que vuelan todos los días. Pero luego me fui acostumbrando a la altura. No pude hacer nada por agarrarme a tierra firme!
Al llegar la noche alcancé la luna. Conseguí posarme en ella suavemente y algunas nubecillas me acompañaron. Se está bien aquí. Y desde este lugar miro el mundo a lo lejos. Es una bola azul preciosa...

Y ahora ya llegó!
Veré qué nuevas trae después del viaje...

2 comentarios:

  1. María José, que bueno sería que ese viento se llevará las cosas feas e injustas así de lejos.
    ¿No te parece?
    Ya que estuviste el la luna tengo una duda ¿es de queso?
    Te dejo mi cariño

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  2. No te hemos podido ver... como está nueva... :)

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