31 marzo 2007

Camino



Necesito un viaje. Una huida ya. Desaparecer y por unos días no formar parte de este paisaje anónimo. Irme lejos. No dejar que los despropósitos varios que me toca vivir últimamente me rocen. Horizontes abiertos. Tanto tiempo inmersa en esta locura. Ansiedad. Un rincón aislado del universo. Esta tarde he soportado insultos de gentes ignorantes, que sólo tenían acceso a mi voz, que no es mucho. Como si eso les diera todos los derechos. Mi voz anónima que no es mi voz.
Viajar... a mi encuentro, lo que he sido y no soy, lo que echo en falta. Mi entusiasmo, mi dignidad mía. Mi sonrisa, ahora detenida. Escondida.
Hacer una maleta y cambiar de vida. Decir adiós y retomar lo que era en verdad mi esencia que ya apenas aletea detrás de tantas quejas inútiles.
Carretera. Camino. Música y viento. Respirar de verdad, y no este tímido tomar aliento como un pez en una charca mínima.
En el camino muchas cosas se habrán quedado, sin vida.
Prisionera.
Bailar. Hace siglos que no bailo. Eso es un pequeño disparate, si no enorme.
Ya no sé correr. Lo intenté esta mañana, y mis piernas no responden...
Me iré. Me iré.
Me iré!
Ya lo sé, me repito...

30 marzo 2007

Hace un pastel?

Círculos. Otro día como el de hace un año. Un año más. Un año no es nada. El tiempo vuela!!

Pues sí, hoy es mi cumpleaños. Otro cumpleaños. No me lo puedo creer.
No quiero ni pensar en el tiempo que hace que vine al mundo.
Qué de vidas vividas. Qué de cambios de piel.
Cuantos recuerdos y cuántas cosas olvidadas, o agazapadas en algún rincón discreto del fondo del cerebro, prestas a salir a saludar en cualquier momento.
Y qué reacia yo a salir de mi cascarón, donde últimamente habito para protegerme. Y digo yo : ¿protegerme de qué?.
De mis excesos.


27 marzo 2007

Fisioterapia



















Esta mañana he tenido que ir al fisioterapeuta. Qué le vamos a hacer, mis huesecillos se están resintiendo de tantas horas de sentada frente al ordenador. Tengo la cadera derecha anquilosada y el cuello que parece el palo de una escoba, de tenso. Así que allá que me he ido. He llegado tarde... la culpa ha sido de la lluvia, que ha puesto Madrid patas arriba. Al llegar he escurrido bien el paragüas y lo estaba dejando en el paragüero cuando ha llegado el doctor y yo le he mirado contrita: Perdón, llego tarde, la lluvia, ya sabe...
No me ha hecho mucho caso: bueno, pasa pasa, mi niña. ¿Mi niña? Me ha llamado "mi niña"!. Eso me ha mosqueao un poco, pero lo he dejado pasar, serán excentricidades de médico, me he dicho. Y he pasado a su despacho.
-Bueno, a ver qué tenemos aquí... Has venido más veces?
-Sí, vine más o menos en julio.
Me ha mirado con el ceño fruncido.
-!En julio!
Y mientras se levantaba me iba diciendo...
-En julio, eso no puede ser, eso no puede ser, no puedes estar aquí siempre.
Se levanta y dice que va a buscar mi historial, mientras yo pienso que tiene razón, no debería estar aquí siempre, mis huesos deberían estar bien, soy joven, qué caramba...
Pero no era eso. Ya en la puerta va y dice: "que esto no lo puede soportar el sistema"
Y ha salido del despacho. Uy, ahí ya me estaba yo escamando. ¿qué ha querido decir con eso?- me preguntaba yo- pensará que soy una cuentista, o algo?...
Ha vuelto con el historial.
-¡Es verdad! En julio estuviste aquí, niña (otra vez niña!). No, no, no, no. Esto no puede ser. Esto le sale caro al sistema, mujer. Pero qué estás haciendo? A ver, qué te duele?
Yo le miraba un poco asustada y quería contarle lo mal que lo paso cada vez que me levanto de la silla y renqueo como una sirena varada, o como un pato mareao, y que precisamente así estoy muchas veces, mareada como un pato, porque las cervicales mías ya no me sostienen, y me duele la cabeza, y... Pero jolín, ya no me atrevía a decirle nada, me daba a mí en la nariz que me mandaría a la porra si empezaba a quejarme...
-La cadera derecha, me duele la cadera...
Dice de pronto, con las manos en la cabeza:
- ¿Y qué hacemos contigo ahora? Eh, mi niña?. Qué hacemos contigo!
Yo no sabía que decirle.
- No sé... (con un poco de miedo)
- Ya sé. Voy a pasar de tí.
Horror! Yo que venía deseando un masajito reparador, con la falta que me hace! Mi gozo en un pozo...
- A ver, mi niña, cómo te llamas?
Sin esperar respuesta, coge mi historial, se quita las gafas y se acerca el papel a un centímetro escaso de su ojo izquierdo. ( Lo que faltaba, está miope perdido...)
Ya estaba yo pensando "pero en manos de qué clase de loco me estoy poniendo yo, dios mio?"
Me mira otra vez de hito en hito.
En ese mometo rechazo el sentimiento de culpabilidad que está acechándome y pienso que debería levantarme de inmediato y salir pitando de allí, y se lo digo:
- No, si le parece tan mal que esté aquí, me voy ahora mismo...
-No, mi niña! No!. Verás: te daremos sesiones de rayos durante diez días. Eso haremos. Pero no puedes seguir así!! Tienes que hacer ejercicio!
- Ya lo sé, ya, pero es que tengo un trabajo muy sedentario y tan estresante que cuando salgo no me quedan fuerzas para hacer nada...
En qué hora. Con tono burlón, mi doctor House particular se pone a canturrear:
- La pobre niña, la pobre niña, tiene un trabajo extresante y se cansa! Se cansa! Anda ven para acá, ven a la camilla y túmbate, que te vamos a dar rayos...
Me conduce a la sala de fuera donde hay un biombo y tras él unas camillas y unas lámparas de rayos microondas y algunas pacientes en plena sesión.
-Ven para acá, niña, quítate la ropa de arriba, bájate el pantalón. Te pondré dos lamparitas de estas. Una aquí, a la altura de las cervicales, otra en la cadera.
Me tumbo y se pone a trastear un poquito en mi espalda para ver cómo están mis huesos.
(Ay, sí, un masaje, pienso yo, dolorida) pero no, deja las lámparas y me dice que tengo que estar 15 minutos.
- Si te quemas, me llamas! Ahora voy a poner los biombos estos de manera que se pueda preservar tu intimidad, que eso es muy importante, no te vayan a ver los pacientes que pasan por aquí...
Y se va y me deja con las lámparas rojas apuntando a mi espalda. Y al rato noto que quema un poquillo, pero el doctor se ha ido y no sé cómo llamarle y además estoy cansada de que me eche la bronca, así que me callo, y al rato veo que ya no me quema nada. Le oigo hablar detrás del biombo con un caballero que ronda por allí:
- No mire usted a las pacientes, hombre!
- No, si yo no miro- dice el otro.
-Mire usted, el mes pasado le dije lo mismo a otro que andaba por aquí y me denunció! Yo lo digo por el bien de las clientes! Hay que preservar su intimidad!
Pasé de él y me dediqué a relajarme en la camilla. Mientras, oía la conversación de otras dos pacientes que había cerca:
- ¿Por qué será que todos los médicos buenos tienen mal carácter?- decía una.
Y yo me acordaba de House todo el rato. Y cuando después de pasada media hora no venía a quitarme los rayos y ya me empezaba a mosquear a punto estuve de llamarle de esa manera.
-Eh, doctor House, que ya ha pasado el tiempo! Me voy ya?
Pero no me he atrevido.
Cuando ha vuelto, se ha dado cuenta de que por un lado se había quedado mi habitáculo mal cerrado.
-Vaya! No hemos preservado tu intimidad, mi niña! Lo siento mucho, la próxima vez lo haremos bien! Y ya sabes, mañana aquí a la misma hora! Y a hacer ejercicio!!

He salido de allí un pelín mareada. Veremos cómo se da la cosa mañana...

26 marzo 2007

Ayer en el cine








Domingo, sol, una tarde un poco más larga. Y al cine. En esta ocasión, "Atlas de geografía humana", sobre un relato de Almudena Grandes. Me gusta como escribe. Creo que he leído todos sus libros desde "Malena es un nombre de tango". La admiro, me gustaría saber escribir así, hilar historias de la manera que ella lo hace, con esa seguridad y con paso firme. La película, como siempre que veo una película basada en una novela, me dejó un poco decepcionada. Para mi gusto, le falta ritmo. La cadencia es demasiado lenta para la imagen que yo tenía de la historia, se lo toman todo con mucha tranquilidad, por decirlo de alguna manera. No se llega a empatizar con los personajes. Le falta Madrid, que está muy presente en la novela. No sé si tendrá que ver el hecho de que los actores sean catalanes, parece que están hablando despacito cada palabra para que no se les note el acento. Y eso ralentiza mucho las escenas. Claro que es sólo una impresión mía...
De todos modos fue una tarde agradable, y yo estoy recuperándome poco a poco de ese cansancio que me dejó la semana pasada...
Pero mañana !al curro otra vez!

24 marzo 2007

Sábado



Estoy enferma. He trabajado siete días seguidos, a un ritmo frenético. El sábado pasado había quedado con unos amigos por la tarde, pero salí del trabajo tan agotada que fuí incapaz de ir a ningún sitio, y no me quedó más remedio que meterme en la cama. Sólo quería dormir, y el domingo tenía que volver al curro, otras ocho horas. Fueron ocho horas terribles, porque arrastraba el cansancio del sábado y me dolía la cabeza a rabiar. El lunes estaba algo mejor, pero como se iban acumulando las horas de llamadas incesantes, cuando llegó el jueves todo mi cuerpo se resintió, me dió un mareo mientras estaba trabajando y tuve que ir al médico de la empresa. Que me dijo que tenía una contractura a la altura de las cervicales y que tenía que ir YA a rehabilitación. Y que tenía la tensión alta. Nunca yo había tenido la tensión alta antes! Resistí como pude el resto del jueves, y el viernes también conseguí, a duras penas, aguantar hasta la hora de la salida. Pero con una migraña insoportable. Llegué a casa y sólo quería dormir.
Hoy ha amanecido el día con un sol radiante que se adivina tras la ventana. Tenía pensado viajar al pueblo, pero no me siento con fuerzas. Así que me quedaré a descansar, me pondré a leer echada en mi cama y por la tarde veré por segunda vez una peli que tengo grabada: El laberinto del fauno.
Procuraré no asomarme mucho a esta pantalla porque estar sentada frente al ordenador me fastidia mucho más la contractura.
Y pensaré de qué forma puedo cambiar mi vida, porque tal como está ahora no la aguantaré mucho más.
La primavera me temo que me está afectando demasiado...

Mi lectura del día:



21 marzo 2007

21 de Marzo





Ella no sabe cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que montó en bicicleta. Tenía una bicicleta roja de aquellas antiguas pesadas y preciosas y con ella daba largos paseos por la carretera que salía del pueblo hasta el santuario. En primavera, esas primaveras que se disfrutaban entonces, el campo se llenaba de amapolas rojas como sus labios y las abejas libaban a placer y si te descuidabas incluso se mezclaban con tu pelo y te daban más de un susto (hay que tener cuidado con las abejas cuando se monta en bici). A veces encontraba junto a la carretera un peral lleno de peras de San Juan que se deshacían en la boca y la inundaban de un regusto dulce. Y a veces de paso se comía un gusanito desprevenido...


Ya no sabe si ahora sería capaz de guardar el equilibrio. Sus piernas ya no son las de antes. Está ahora bastante más patosa. Y ni hablar de hacer locuras como por ejemplo lanzarse cuesta abajo a toda velocidad con los brazos hacia arriba, a pique de matarse. Qué locura! Era, eso sí, una locura que merecía la pena. Un gustazo, vamos.


En aquellas primaveras el tiempo era suave y agradable, y se ponía la gente una prenda que ahora casi ha quedado en desuso: una REBECA. Era el tiempo intermedio. Ni calor ni frío. ¿Alguien recuerda un tiempo así? Cuando te levantabas de la cama sabías perfectamente el tiempo que iba a hacer según la estación del año en que te encontraras. Increíble! No como ahora, que aunque un día parezca verano, no te puedes fiar, porque al día siguiente, que sales tú tan alegremente con una ropita ligera, más contenta que unas castañuelas y esperando disfrutar de un solecito rico rico, va y te cae de repente una nevada de mil demonios. Y así no se puede, claro. Con ese desbarajuste a ver quién baja la guardia...
La gente salía a la calle conjuntada, todos más o menos con ropas parecidas. Según la estación. No como ahora, que sales a la calle y te puedes encontrar igual una jovenzuela con una camiseta de tirantes que un muchachote con un plumas calado hasta las orejas. Es lo que tiene este tiempo de ahora.
De suerte que la cabeza se hace un lío y ya no sabemos en qué día vivimos.
Dicen que hoy ha empezado la primavera. Ja! Yo con la rebeca no salgo. Además ya no tengo ninguna...

20 marzo 2007

El irlandés


Mi hijo el mayor en Londres. Allí la gente cuando le oye hablar en inglés piensa que es irlandés. Tiene la piel blanquita como su madre y el pelo tirando a rubio (cuando era pequeño lo tenía rubio dorado). No parece español. Tomar el sol nunca le ha gustado mucho (se quema) y cuando se baña en la playa lo hace de noche... Y parece que allí está a gusto, en la pérfida Albión. Pero yo le echo de menos. !Cuánto le echo de menos!
Hace unos días mi sobrina estuvo allí. Esta foto la hizo ella. La noria de noche iluminada. Y yo quiero ir ya! Tengo que preparar una maleta cuanto antes y volar hacia allí. Y será pronto.
El irlandés este fin de semana se va a Berlín.
Mis dos hijos lejos. Mientras, aquí está su madre esperándoles.
Tengo dos hombretones.
Cómo pasa el tiempo...

Viento


Esperando. Espero. Estoy esperando. El tiempo suspendido como una prenda tendida con dos pinzas de madera. Tiempo hueco que sólo es espera. Un impás. Y el viento.
Esta mañana el viento me levantó del suelo. Perdí pie. Un viento veloz y furioso me alzó en volandas y desparramó a lo largo de la calle todos mis papeles escritos. De repente vi que estaba por encima del edificio más alto del vecindario, las aceras, los coches, los peatones agarrados a los botones de sus abrigos. Todo fue quedando cada vez más lejos y más pequeño. Por un momento tuve miedo de verme volando como los pájaros que vuelan todos los días. Pero luego me fui acostumbrando a la altura. No pude hacer nada por agarrarme a tierra firme!
Al llegar la noche alcancé la luna. Conseguí posarme en ella suavemente y algunas nubecillas me acompañaron. Se está bien aquí. Y desde este lugar miro el mundo a lo lejos. Es una bola azul preciosa...

Y ahora ya llegó!
Veré qué nuevas trae después del viaje...

17 marzo 2007

Reina



Era yo una reina de pequeña. Vestía trajes de cola con brocados y me servían cienes y cienes de sirvientas pendientes siempre de mis deseos. La luz de la tarde me hacía soñar. Y la de la mañana, y los atardeceres colándose entre las hojas de hiedra del patio. El campo era una fiesta de colores, como mis lápices que siempre me acompañaban a donde quiera que fuese. Había un bufón en la corte, se llamaba Panocho el de la Pluma Roja. Panocho era un payaso que no dejaba de dar volteretas por la galería, cantaba y gritaba mientras los cascabeles que llevaba colgados de todas partes emitían tintineos incesantes. De vez en cuando un príncipe venía a romper la monotonía de palacio. Me traía bombones en una caja de oro que cada vez era más grande y que cada vez duraba menos.
Tenía yo un caballo trotón que me llevaba de paseo algunas tardes, y que se agachaba cada poco a comer hierba por los caminos. Un día se paró junto a una fuentecilla cantarina a beber agua. Y yo que tenía sed me bajé de sus lomos y llené de agua mis manos. Y entonces me entró un sueño tremendo y no tuve más remedio que dormirme. Al pie de la fuente me tumbé y me dejé llevar por el sopor y la calma del momento... Y cuando desperté la fuente había desaparecido, y ya no estaba mi caballo precioso, y a mi alrededor sólo había pantallas extrañas llenas de letras y yo estaba muy cansada. Y es más, no tenía ni idea de dónde estaba. Las pantallas parpadeaban y hacían daño en los ojos. Y me di cuenta entonces de que mis ropas ya no eran las mismas, en lugar de aquél vestido vaporoso que había lucido anteriormente, ahora sólo llevaba una especie de calzones de color azul de una tela muy basta, y una camisola de algodón sin ninguna gracia. De suerte que parecía un muchacho despeinado. Y quería esconderme y no encontraba dónde.
Mi reino había desaparecido también, un lugar frío y extraño lo había sustituído.
Y ni siquiera podía ver las estrellas...

15 marzo 2007

El viaje del pirata

El pirata está en Asturias!
Ha conocido a una chica por Internet. Se han pasado hablando por teléfono un montón de horas desde hace un tiempecito. Y se ha ido a conocerla. Pasó ayer por aquí con su mochila y esta mañana emprendió el vuelo. Y hoy se han conocido en persona.
Parece que todo va bien. He hablado con él dos veces hoy. Dice que no estaba nervioso. Y yo desde aquí siguiendo la historia con mucho interés. Veremos qué trae todo esto.
Estaban en una sidrería y hablaban conmigo mientras un camarero escanciaba sidra a su lado...
- Qué ojazos tiene tu hijo, Mariajo! Me decía ella con mucha alegría.

Y aparte de eso, el tiempo pasa tan deprisa que apenas tengo tiempo de escribir. Los días uno detrás de otros en tiempo de cambio. Y como estoy en tiempo de cambios todo cambia a mi alrededor. Incluso el blog, que siempre se resiste a no ser azul. Siempre vuelvo al azul. Azul como el mar azul, como el cielo, como el agua cuando hay gran cantidad de agua.

El viaje del pirata acaba de empezar. Ojalá que le vaya muy bien. Que les vaya bien...
Que esto les traiga lo mejor. Que no les hiera. Qué puede desear una madre.

AZUL



Azul como agua
azul calma, calma de cielo abierto
calma de mar en calma
Azul
Ojos de gato
Azul con blanco
en el desierto de hielo
el cielo
dibuja de azul los contornos helados.
Azul sueño
Duermo

13 marzo 2007

aZul azul azuL

Sí, me pongo a experimentar y experimentar, pero al final siempre echo de menos el azul y ya empiezo a pensar en volver volver voooolver!
No tardaré mucho. Y ahora no puedo escribir mucho más porque estoy muertecita de sueño...
Ya mañana, si acaso.
!Tantas cosas...!


Azul como agua
azul calma, calma de cielo abierto
calma de mar en calma
Azul
Ojos de gato
Azul con blanco
en el desierto de hielo
el cielo
dibuja de azul los contornos helados.
Azul sueño
Duermo

10 marzo 2007

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La hormiguita de arriba pica y pica....






UFFFFFFFFF!!! La hormiguita de arriba pica y pica....


Hoy Madrid tiene acné. Debe ser por la primavera.
Así que me he venido a casa rápidamente no sea que me dé la alergia.
.. Que soy yo muy sensible para estas cosas.
Además pululan por las calles una especie de hormigas voladoras con extrañas alas de colores, y no sé yo de dónde habrán salido...


La hormiguita de arriba pica y pica....

----------------------------------1989

----------------------------------1989

07 marzo 2007

7. De. Marzo. ---- 7. De Marzo.




1 AÑO

Permitidme que esta noche me quede sin palabras. Me pondré a recordar mientras escucho una buena música y degusto tranquilam
ente mi infusión de antes de dormir.
Y pensaré en todo lo que esto me ha aportado, en todo el camino que queda hasta que me dé por satisfecha, que aún no lo estoy de lo que escribo (siempre quiero escribir mucho más)
Y pensaré en todos vosotros, que habéis llegado aquí irrum
piendo con fuerza en este espacio mío.
Mmmmm
Permitidme que esta noche me quede sin palabras.

Que sepáis, todos los que tenéis que saberlo, que os quiero.

Besos para todos...
Mañana sí. Después de dormir esta noche a pierna suelta.
Os diré más.
Porque mañana es 7 de Marzo.
Y hará un año que empezó...

Este extraño y cambiante rinconcito.


He sido una sirena. He jugado con el mar.
He sido un pato.


He pintado circulos de colores.




He despertado un poco.

He vivido lunas llenas y horizontes lejanos.
Me he camuflado a veces en páginas escondidas.

Aquí seguiré.


Me voy a dormir. Que es tarde

06 marzo 2007

UUUNNNN AAAAAAAAAAÑÑÑÑOOOOOOOO

Un año. Este blog cumple un año! Y lo que le quede!
Empecé tímidamente, de la mano de mi amigo fnaranjo y gracias al título de un libro.
Después intenté encontrar mi sitio en este lugar, mi manera de expresarme en este medio.
Qué dificil resumir todo este año de cambios, medir en qué medida esto me ha hecho conocerme más, ver mis limitaciones, pelearme conmigo misma por no estar satisfecha con lo que iba haciendo, la manera en que día a día iba cambiando el propósito primero de este experimento.
Llegó un montón de buena gente a estas páginas. Ya no era yo solamente, como había sido siempre cuando me ponía a escribir sin testigos.
Los primeros en llegar: Anais, Juana la Loca que me saludaron los primeros días.
Y después... Gatachata
Llegaron mis chicas. Thalatta, Pilar, Lolita, Maruja, Cobre, Angela, Siouxi, Eterna. Un día en Madrid, sorpresas, sonrisas, imágenes, encuentros. Llegaron los chicos también. "A pesar de mi", Vitore, más tarde Carlos (Mh), Pedro, Ferfo. Le petit, a quien leo más de lo que parece.
María Manuela,

05 marzo 2007

Varuna...


Os presento a una amiga. Una hermana. Empieza ahora su aventura bloggera. Vamos a darle ánimos! Que el viaje le sea favorable, que encuentre un espejo donde mirarse, un resquicio por donde colarse a través de ventanas luminosas, como lo he encontrado yo. Que le aporte alegrías y evasión. Un lugar donde sus palabras encuentren descanso.
Nuevos horizontes.



VARUNA

03 marzo 2007

Qué le pasa a mi blog?


Juegas todos los días con la luz del universo.
Sutil visitadora, llegas en la flor y en el agua.
Eres más que esta blanca cabecita que aprieto
como un racimo entre mis manos cada día.

A nadie te pareces desde que yo te amo.
Déjame tenderte entre guirnaldas amarillas.
Quién escribe tu nombre con letras de humo entre
las estrellas del sur?
Ah déjame recordarte cómo eras entonces, cuando aún no existías.

De pronto el viento aúlla y golpea mi ventana cerrada.
El cielo es una red cuajada de peces sombrios.
Aquí vienen a dar todos los vientos, todos.
Se desviste la lluvia.

Pasan huyendo los pájaros.
El viento. El viento.
Yo sólo puedo luchar contra la fuerza de los hombres.
El temporal arremolina hojas oscuras
y suelta todas las barcas que anoche amarraron al cielo.

Tú estas aquí. Ah tú no huyes.
Tú me responderás hasta el último grito.
Ovíllate a mi lado como si tuvieras miedo.
Sin embargo alguna vez corrió una sombra extraña por tus ojos.

Ahora, ahora también, pequeña, me traes madreselvas,
y tienes hasta los senos perfumados.
Mientras el viento triste galopa matando mariposas
yo te amo, y mi alegría muerde tu boca de ciruela.

Cuánto te habrá dolido acostumbrarte a mí,
a mi alma sola y salvaje, a mi nombre que todos ahuyentan.
Hemos visto arder tantas veces el lucero besándonos los ojos
y sobre nuestras cabezas destorcerse los crepúsculos en abanicos girantes. [abanicos girantes.

Mis palabras llovieron sobre ti acariciándote.
Amé desde hace tiempo tu cuerpo de nácar soleado.
Hasta te creo dueña del universo.
Te traeré de las montañas flores alegres, copihues,
avellanas oscuras, y cestas silvestres de besos.

Quiero hacer contigo
lo que la primavera hace con los cerezos.

Neruda.