29 noviembre 2006

ME PIDES PALABRAS




Me pides palabras hermosas. Esas palabras hermosas que siempre nos hemos negado, esquivas y exquisitas, nunca oídas. Las palabras han huído, he de decirte, hastiadas del abandono al que se han visto sometidas durante tanto tiempo.
Tanto tiempo. El silencio, amor, se ha instalado con fuerza entre nosotros, que ya sólo sabemos comunicarnos con miradas y con gestos. Con las manos y la piel, sin sonido. El sonido a veces nos ha sorprendido como música sideral que no comprendemos, lo hemos vivido como en un sueño a veces, muchas veces. Y ese sonido sin voz también es precioso, pero frágil, como una pluma de pajarillo, volandera.
Amor, ya no sé usar las palabras hermosas. Lo he aprendido de tí, que te niegas, que siempre te has negado. Tú me has enseñado, y ahora esas palabras ya no sé pronunciarlas. Pero están en el aire. Mira a ver, en algún sitio estarán escritas las instrucciones para cazarlas al vuelo. Y si atrapas alguna, por favor, dímelo. Y dime como suenan en tus labios, que ya tengo ganas.
Y espero que no sea demasiado tarde, y que al oírlas no me asusten.
Yo estoy aquí. Lo sabes. Y aquí seguiré, esperando en silencio.
Y si la voz no ha de llegar, no importa...
Siempre queda la música.
Anda, amor, dedícame una sonrisa, de esas pequeñitas que a veces se te escapan.

EN EL TIEMPO




Es tarde. Quería escribir a propósito de esta foto. Pero es hora de dormir y creo que escribiré mañana. O tal vez no. Esta foto ya habla por sí sola. Cuenta una larga historia y existe en la otra dimensión donde el tiempo está detenido. Así somos. Así soy yo en ese tiempo, una de ellas.
Una de ellas...
Algunos ya no están.
Hasta mañana.

24 noviembre 2006

Una Harley?




Se ha comprado una moto. Dice que de ahora en adelante será un motero, que me vaya haciendo a la idea. Siempre me han gustado las Harley-Davidson. Son unos cacharros preciosos y alucinantes. Pero nunca he probado ninguna. No sé cómo es la moto que se ha comprado. Le he dicho que me mande una foto.
Pero creo que le prefiero de pirata. Con el pañuelo rojo cruzándole la frente. Soñando pero con los pies en tierra firme en realidad, a resguardo de velocidades y asfaltos repletos de monstruos.
Me da miedo. He puesto el grito en el cielo cuando me ha dicho que en lugar de viajar en avión, cuando venga para Navidad vendrá en su flamante cacharro nuevo.
Pero hará lo que quiera.
Yo sólo quiero verle llegar sano y salvo.
Verles a los dos llegar sanos y salvos.
Bueno.
Qué gris y tristona está la tarde...

22 noviembre 2006

Alienígenas, cárceles y pozos... con música de Vito!




Vale, he traído otra vez a los aliens para ver si se alegra un poco esto, que lo tengo de un tristón...
Y además, una música de fondo que ha compuesto un artistazo!
Esta foto es de un pozo que hay en un patio precioso de mi pueblo. Es un edificio donde ahora está la biblioteca municipal, en el piso de arriba. Y en el patio se exponen obras de arte, se celebran bodas, se pone una cruz en las fiestas de mayo... Antes fue una cárcel durante muchos años. Y en las columnas de piedra aún pueden verse las inscripciones que hacían los presos para dejar constancia de su paso por allí, palabras cinceladas en la piedra poco a poco y que han quedado grabadas para siempre.



Ese edificio se llama Alhóndiga, y antes que cárcel fue granero, y mercado, la historia le ha ido cambiando la cara a lo largo del tiempo. Ahora está restaurado y precioso. Pero hace años, cuando yo era adolescente, aún era una cárcel abandonada. El patio estaba tapiado dividido en celdas donde no recuerdo si se podía entrar, y el piso de arriba era una ruina, el suelo era un peligro, a punto de venirse abajo.
Una vez mis amigos y yo encontramos la puerta abierta, y entramos, y subimos al piso de arriba a investigar, los pies se nos colaban por los huecos y a punto estuvo alguno de caer a la planta de abajo... Cuando quisimos salir alguien había cerrado la puerta y nos quedamos encerrados. Y a través de una ventana grande con una reja muy negra nos pusimos a dar gritos para que alguien nos liberase. Estuvimos allí un buen rato, ya era de noche cuando nos rescataron. Fue una buena aventura.

Y bueno, ahí quedan los aliens. Ahí queda mi propósito de dejar de quejarme a todas horas como un alma en pena. Mañana es jueves y salgo a las cinco. Y voy a cenar con unos buenos amigos.
Así que a ver si me voy olvidando un poco de todos los meteoritos que se están cruzando en mi camino últimamente, y los esquivo con éxito. Que el viaje tiene que proseguir!

FLORES?



No recordaba un invierno tan gris.
Un frío tan hondo y escondido que no acierta a encontrar la salida.
No recordaba un otoño tan hueco, tan sin aliento, tan sin nadie.

No lo recuerdo de antes. Siempre había una luz vigía allá en el horizonte,
a veces lejana, a veces muy cerca.
El sonido como un arrullo de voces amigas.

No lo he vivido y tal vez por eso no lo recuerdo.
No he estado nunca aquí.
En este desierto helado.
Gris.
Mudo.




20 noviembre 2006

Les Luthiers




Qué he hecho esta tarde?
Pues he comprado por internet unas entradas para ver a Les Luthiers!!!
Son
para el 9 de marzo!!

Ya sé que falta mucho para ese día. Es como una locura comprar algo con tanto tiempo de adelanto. Pero las entradas vuelan. Ayer me contaron que venían a Madrid en marzo. Que pronto se pondrían las entradas en venta, me pidieron que estuviera pendiente en internet a ver si me enteraba en cuanto salieran. Y anoche cuando llegué del pueblo lo primero que hice fue conectarme a la red y resultó que no solo se podían comprar ya, sino que había ya dificultades para conseguir las mejores butacas.
Por si a alguien le interesa.
La primera vez que les vi fue por casualidad. A algún amigo de una amiga le sobraban unas entradas, nos las regaló. Eran en primera fila. Llegamos, tomamos asiento, y lo que sucedió a continuación es una de esas cosas que no se olvidan nunca por mucho tiempo que pase. Fue una experiencia única y sorprendente. Yo no había reído nunca de esa manera. De esa manera que casi daba miedo porque llegó un momento en que creí que las mandíbulas se me romperían. Dolían. No sé cómo describirlo. Hay que estar en las primeras filas, eso sí, para no perderse ni un solo gesto de sus caras expresivas. Hay que verlos de cerca. Seguir los movimientos de sus ojos y de sus manos y ver como por arte de magia hacen salir música de esos instrumentos increíbles y artesanos mientras van desgranando historias disparatadas una detrás de otra.
De antología.
Y para mí, que ando estos días un tanto por los suelos anímicamente hablando, y que tengo que soportar un ambiente hostil a mi alrededor, desagradable en extremo, esas risas serían ahora la mejor terapia. Esas risas que curan cualquier ansiedad por gorda que sea. Y bueno, ya sé que no será ahora, que tendré que esperar hasta marzo, que por entonces las cosas serán de otra manera, que habré visto ya a mis hijos y la primavera estará en ciernes alegrando los ánimos, pero mira tú por dónde el hecho de tener ya en mi poder esas entradas me ha alegrado la tarde.
Qué narices.

17 noviembre 2006

RÁPIDO













Escribo rápido rápido desde el trabajo. Hoy es viernes por fín. Por fin termina esta semana que ha de quedar en el olvido afortunadamente pero que me ha costado sudor y lágrimas y muchos cabreos. Mi voz escacharrada. Mi voz con la que trabajo. Un día con fiebre y sin voz trabajando. Los demás días sin fiebre pero sin voz trabajando. En casa sólo descansar. Dormir, tomar infusiones calientes, cerrar los ojos. Leer un poquito a ratos.
Esta tarde me voy al pueblo. Me vendrá bien el cambio de aires. Alejarme un poco de este despropósito y de este maremágnum y de este sinsentido. Aunque suene exagerado, así lo siento. Después de otra mañana de llamadas incesantes y de forzar la voz hasta el límite.
Qué bien me va a sentar alejarme de esta semanita.
Dejarla atrás.
Y luego me pondré al día con las cosas pendientes. Tengo un regalazo que enseñar. Es una música que Vito compuso para acompañar mis flores, y mi fuente. Aquí tendrá su lugar, por supuesto.
Y tengo muchas lecturas de blogs amigos retrasadas.
Y Lua me pide que continúe contando su historia, que ya va siendo hora...
Pero todo esto ocurrirá a mi regreso.


Si los dioses me son propicios.
¿Se decía así...?

14 noviembre 2006

Flores con Música de Vitore!!

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Vitore me ha hecho un regalazo para mis flores...

12 noviembre 2006

Agua y Flores




Nunca había hecho fotos de flores.
¿Pero cómo es posible? ¿Nunca había hecho fotos de flores? Apenas puedo creerlo. Hay tantas fotos de flores... Todo el mundo hace fotos de flores! Si buscas "flores " en Google te salen a miles, a millones. Pero ninguna era mía.
Bien. Ahora yo también he hecho fotos de flores. Y además, fotos de una fuente danzarina. He salido a atrapar el sol, antes de que se me escapase. Hay ahora TAN pocas horas de sol... la tarde se acaba enseguida, es leve como un suspiro. Huidiza y delicada como las cosas pequeñas. Como un perfume.
He encontrado flores de color fucsia. Rosas entre hojas verdes. Y después una fuente muy particular. Juguetona y bailona. Una fuente con sorpresas y ritmos. Los niños alrededor juegan con los ritmos del agua. Que viene y va.
Y ya no digo más. Pongo las fotos. A ver qué tal.






























DUALIDAD

A veces soy dos. Dos opuestas. Dos enfrentándose.
A veces soy dos y cada rato me refugio en una de ellas.
Tener un refugio a veces conviene.
Un pequeño refugio.




11 noviembre 2006

INCA

Con el permiso de fnaranjo subo aquí esta imagen porque es que me ha encantao...
Me recuerda a mi gata Inca, una gata que ya no está (se volvió loca la pobre, no sé por qué sería...).
Era una gata preciosa. Ya me gustaría ahora que siguiera conmigo, y que siguieran conmigo algunas cosas más, y algunos más, pero están bien los que están. Y espero que se queden y que no se me vuelvan locos, que ayer ya me avisaba uno que tenía miedo de que le ocurriese algo así.
No creo que la cosa vaya tan lejos, de todos modos.
Ay qué vida.
Y además, claro, pongo el enlace para que sepáis de dónde viene esta imagen...

los destellos camuflados


Acaríciame,
duérmeme,
¡mírame!
Sé mi hermano y mi amigo...
No pido nada más.

10 noviembre 2006

DESTELLOS

Los colores vienen y van. Van más que vienen. No puedo escribir a veces. A veces sí. Ahora va a ser que no. Puede que mañana, con un poco de suerte!






"Regálame un sol rojo,

y una tarde
y la tormenta de oro
y estruendosa..."



09 noviembre 2006

Yo trabajo en un lugar parecido a este. Cada mañana llego y me coloco en una de esas especie de celdas frente al ordenador, me icrusto el pinganillo en la cabeza y me logo en el teléfono. Entro en el programa aplicación de la campaña que me corresponde y también en otro donde se registran las llamadas. Saludo a mis compañeros y empieza la jornada. En la campaña donde yo trabajo hay varios departamentos. Casi todos de recepción de llamadas excepto uno que es de emisión. A este último estaba yo asignada hasta no hace mucho tiempo. La emisión consiste en llamar a los nuevos clientes para verificar todos sus datos. El ritmo lo marco yo, solo piden hacer 6 verificaciones completas a la hora. Esto puede ser bastante fácil si encuentras a los clientes que te van saliendo en los registros, y otras veces es complicado porque o bien no te contestan, o salta el contestador, o el cliente no está seguro de sus datos ( esto también pasa de vez en cuando, aunque parezca difícil de creer), y en ese caso hacer los 6 registros resulta complicado, pero es una complicación sin demasiada importancia. El caso es que aquí dependes solo de ti misma si quieres, por ejemplo, ir al baño, o a subir unas cuantas escaleras para desentumecer músculos o cualquier cosa. Te levantas y ya está. No ocurre así si estás en un departamento de recepción de llamadas, en ese caso para que tu puedas salir tienes que comprobar antes que un número suficiente de compañeros están en su puesto, para que no se pierdan llamadas. Estás más atado a tu puesto, por así decir. Hay momentos relativamente tranquilos, si no hay muchas llamadas, pero hay otros más numerosos en que las llamadas son incesantes, y en cuanto acabas con un cliente te entra otro directamente. Y entonces el teléfono no deja de sonar, una vez, y otra, y otra... hasta que acabas odiando ese sonido de la llamada que se te mete en la cabeza y en las entrañas y llega un momento en que quisieras estampar el aparatejo contra el suelo y salir corriendo.

03 noviembre 2006

LUA EN EL PARQUE




Lua camina y no se da cuenta de que está cruzando la calle con el semáforo en rojo, con la maleta en una mano y la gata en brazos. Y de repente un bocinazo la saca de su ensimismamiento y la hace despertar de golpe. Mira sorprendida al conductor como pidiendo perdón y retoma su camino... Pero la gata se ha asustado y ahora se agarra a su cuello desesperada y maúlla como una tigresa, y Lua se da cuenta de que no podrá seguir mucho más tiempo en esas condiciones. Hay un parque cerca, a unos cuantos pasos, y se dirige hacia allí apresuradamente, arrastrando la maleta y tratando de contener a la gata cada vez más inquieta. Y se sienta en el primer banco de madera que encuentra, bajo un plátano pletórico de hojas amarillas, deja la maleta en el suelo y empieza a hablar a Dulcinea tratando de apaciguarla... Al final la gata se refugia en el regazo de Lua y empieza a ronronear, resignada.
Todo ha sido demasiado repentino, dos días fuera de este mundo. Pero Lua decide que no le importa, que aunque haya sido una decisión muy poco meditada seguirá adelante con ella. Da igual de qué manera ha llegado hasta aquí, ahora que ha ocurrido no perderá ese tren. Cambiará sus rutinas para siempre. Retomará su historia como un nuevo comienzo, algo se ha roto. Y si algo se ha roto es porque no andaba muy bien de cimientos. Y eso es suficiente. No sabe qué hará.
Piensa en la voz grabada en el teléfono. La voz de Adán, sus palabras. Intenta recordar qué decía.
-Lua tengo que verte otra vez. Contéstame por favor. Tengo que hablarte.
-Estoy aquí abajo, no me iré hasta que me contestes. Esta mañana cometí un error. Me fui demasiado deprisa. Ahora estoy aquí, Lua. Mira por la ventana. Estás ahí?

Extraño mensaje para grabar en un contestador. No deja un número de teléfono donde poder localizarle. No da una dirección. No se le ocurre llamar al timbre para que le abra la puerta. Sólo llama una y otra vez y deja mensajes sin sentido. Salvo en la última llamada. En el último mensaje ha dado una pequeña pista, una ligera huella en arenas movedizas.
-Lua sólo estaré en Madrid unos días. Me alojo en un hostal del centro, cerca de la calle Huertas. Pero no recuerdo ahora el nombre... Tengo un billete de tren para el viernes. El viernes me voy. Me voy al sur. Me voy al mar, Lua... No me contestas... Adios Lua... Lua...

Es agradable estar en ese parque. Casi no se oye el sonido de la ciudad, que por un momento parece alejarse. Ha cruzado una ardilla el camino de tierra delante de ellas y la gata se ha erguido asustada de repente, ha estirado el rabo y luego ha mirado a Lua con cara de no saber a qué atenerse... Pero qué boba eres, Dulcinea, sólo es una ardilla. Es más pequeña que tú!
Entonces cae en la cuenta de que no sabe qué hacer con la gata blanca. La gata blanca que la ha acompañado fiel durante mucho tiempo.
Cae la tarde. El sol acaricia sus manos y es una sensación cálida que le recuerda otras manos.
Cae la tarde y Lua no tiene donde dormir. No sabe dónde ir a dormir. Y no quiere dormir esta noche, además.
Quiere ir a Huertas. Quiere tomar una copa y pensar y que el alcohol le devuelva los colores perdidos hace tan poco tiempo. Los colores extraños y danzarines. No le importa que al final se vuelva todo rojo. Quiere cerrar los ojos con una copa en la mano y dejarse llevar. Bailar. Escuchar una música que la propulse como un cohete a las sensaciones nuevas encontradas.
No sabe muy bien qué quiere, pero sea lo que sea, lo empezará con una copa en la mano.
En Huertas.
Donde siempre es de noche.

02 noviembre 2006

REGALO PARA UN COSMONAUTA

Actualización: el cosmonauta ha llegado a la órbita de Marte. El color del planeta lo envuelve todo alrededor...





A veces nos trae noticias de marte. Sobrevuela planetas grises con su nave de metal , y nos habla del silencio instalado en el espacio. La nave ingrávida dibuja elipses sobre la órbita de la tierra, lejos de aquí y a la vez cerca.
Es una nave segura para cualquier viaje.
A mí me trajo hasta aquí...
Hoy es su cumpleaños.

01 noviembre 2006

LONDON

La ciudad que me lo ha robado. Con sus brumas, sus lluvias, su cielo casi siempre gris. Su reloj redondo subido a una torre picuda. Sus autobuses rojos, sus pub, su té, sus parques, sus polis con el gorrito negro, sus taxis del siglo pasado, sus miles de habitantes. Su rio y su puente enorme con hierros azules. Allí le tengo, tan lejos. Tan lejos. Y nadie más que yo sabe cómo le hecho de menos, cómo quiero que vuelva, que se instale más cerca de mi.
Hoy mismo ha cumplido 27 años. ¡27 años!
Le envié un libro y un sol naranja para que alegre las paredes de su habitación.
Y ya tengo ganas de que llegue diciembre. Para poder hacerle cosquillitas en la espalda y darle la mano mientras vemos la tele. Y abrazarle muchos abrazos que le duren todo el año, hasta que pueda verle de nuevo.
Y darle todos los besos de buenas noches que lleva de retraso.
Simular que aún es un niño mientras que esté conmigo. Que parezca que ya no se va a ir más.
Mi niño grande...